Salud en Casa.-Un paciente con un accidente cerebrovascular (ACV) tiene un margen de apenas cuatro horas y media, desde el inicio del primer síntoma, para recibir tratamiento y disminuir el riesgo de presentar discapacidad motora, daño neurológico, parálisis, trastornos de lenguaje, déficit cognitivo o incluso la muerte, esto debido a que, durante el desarrollo de un episodio de este tipo, se estima que mueren cerca de dos millones de neuronas por minuto.
El ACV constituye la segunda causa de fallecimiento en el país y, de no mejorar las estrategias de prevención, diagnóstico y atención en 2035 el número de fallecimientos podría alcanzar a 91,4122, casi el triple de lo reportado en 2020.
Uno de los principales desafíos es la demora en identificar las señales de alerta, perdiendo la ventana de tiempo crucial para un tratamiento efectivo. En esa línea, la doctora Liliana Rodríguez Kadota, miembro de la Sociedad Peruana de Neurología hace un llamado a la acción inmediata “reconocer los síntomas y actuar con rapidez, refiriendo al paciente a un hospital especializado, puede marcar la diferencia y prevenir un desenlace fatal o una discapacidad permanente”. De acuerdo con el método B.E.F.A.S.T (por sus siglas en inglés, se debe tener en cuenta los siguientes signos:
 
Si bien las cifras son alarmantes, existe una gran oportunidad, dado que se estima que el 80% de los accidentes cerebrovasculares pueden prevenir si se conocen y controlan factores de riesgo como la hipertensión arterial, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la dislipidemia (índice elevado de colesterol y triglicéridos), el sedentarismo, la alimentación alta en grasas y procesados, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol. Al respecto, la doctora Marla Gallo, miembro del Grupo Stroke, destaca que “además de la prevención, es fundamental fortalecer la capacidad de respuesta del personal de salud, el establecimiento de protocolos prehospitalarios y hospitalarios y garantizar una adecuada derivación médica”.
Frente a este contexto y con el objetivo de reforzar la capacidad de respuesta ante esta emergencia en el país, Boehringer Ingelheim, en alianza con la Universidad Científica del Sur, anuncia la creación del Excellence Stroke Training Center (ESTC+), un centro de entrenamiento de vanguardia que busca fortalecer la educación médica mediante simulación clínica. La iniciativa cuenta con el aval del Instituto Peruano de Enfermedades Cerebrovasculares, la Sociedad Científica de Medicina Cardiovascular del Perú y la Sociedad Peruana de Emergencias y Desastres.
Como parte de este programa, más de 240 profesionales de la salud de atención prehospitalaria y hospitalaria de instituciones como el Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins, el Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen, el Hospital Nacional Alberto Sabogal Sologuren, el Hospital Nacional Almanzor Aguinaga Asenjo (Chiclayo), Hospital Victor Lazarte Echegaray (Trujillo), entre otros, recibirán entrenamientos especializados que abarcan desde el diagnóstico oportuno hasta la intervención y la rehabilitación. De acuerdo con el Dr. Edwin Bucheli, director médico de Boehringer Ingelheim para Ecuador y Perú, “la iniciativa responde a la necesidad de reducir los tiempos de asistencia médica y mejorar los desenlaces clínicos”.
El entrenamiento se realizará en la Clínica de Simulación de la Universidad Científica del Sur, la única en el país certificada por la Federación Latinoamericana de Simulación Clínica y Seguridad del Paciente (FLASIC), que avala su funcionamiento bajo los más altos estándares de calidad en el cuidado del paciente. Participarán médicos emergenciólogos, neurólogos, cardiólogos y actores clave para la atención del paciente con ACV en emergencias.
“Este programa es parte del compromiso de Boehringer Ingelheim con la innovación y la educación médica. Buscamos que los conocimientos adquiridos sean replicados por los profesionales en sus respectivas instituciones, contribuyendo así a mejorar la atención y los resultados clínicos de los pacientes en todo el país”, finaliza el Dr. Bucheli.