Salud en Casa .- Pasar largas horas frente a la computadora, dormir en una mala postura, hacer un esfuerzo físico repentino o incluso el estrés diario pueden causar una contractura muscular, molestia común que se manifiesta con dolor, rigidez o sensación de “nudo” en alguna zona del cuerpo. Aunque suele ser pasajera, puede derivar en una lesión crónica si no se atiende a tiempo.
“Muchas personas conviven con el dolor muscular como si fuera algo normal, pero esta actitud puede traer consecuencias graves. No se debe normalizar el dolor crónico porque puede indicar un problema subyacente que requiere tratamiento. Ignorarlo favorece la limitación funcional, la pérdida de movilidad y el deterioro de la calidad de vida”, explica el fisioterapeuta Yheyneer Silva Seclen, docente del Instituto Carrión.
Frío o calor: ¿cuándo usar cada uno?
Uno de los errores más comunes es no saber cuándo aplicar frío o calor. El fisioterapeuta explica que el frío se debe usar durante las primeras 24 a 48 horas, por ejemplo, tras un golpe o contusión para reducir la inflamación y calmar el dolor agudo. Pasado este periodo, cuando el músculo ya no está tan tenso, es momento de aplicar calor húmedo, que ayuda a relajar el músculo, mejorar la circulación y acelerar la recuperación.
La especialista brinda algunos consejos prácticos para aliviar el malestar y prevenir futuras molestias musculares.
“La prevención mediante pausas activas, estiramientos diarios y la consulta temprana al fisioterapeuta ante molestias persistentes son claves para una recuperación segura y duradera”, concluye el especialista del Instituto Carrión.