Salud en Casa.-En el Perú, el déficit de especialistas para atender a niños con cáncer es alarmante. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Ministerio de Salud, se requieren al menos 128 oncólogos pediatras para cubrir adecuadamente la demanda nacional, pero sólo existen 27 registrados, lo que significa que apenas se cubre el 21 % de la necesidad y queda un déficit del 79 %.
El panorama se agrava porque 25 de los especialistas están concentrados en Lima, mientras que en provincias solo hay dos: uno en La Libertad y otro en Arequipa. Esta desigualdad obliga a miles de familias a recorrer largas distancias para acceder a una consulta médica, sacrificando tiempo valioso que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
A esta situación se suma la escasez de hematólogos pediatras: apenas existen siete en todo el país, pese a que son los especialistas encargados de diagnosticar y tratar leucemias, el tipo de cáncer infantil más frecuente.
“Hasta hace unos días se permitía que profesionales en hematología puedan acreditarse como expertos en oncología pediátrica, lo cual era muy riesgoso para los pacientes pues los ponían en manos de profesionales que no eran de la especialidad. El Congreso ha dado un paso importante y ha eliminado esta disposición”, destacó Karina Pujay, presidenta del Colectivo Cáncer Infantil Perú.
LA IMPORTANCIA DE LA DETECCIÓN PRECOZ
En cáncer pediátrico no se habla de prevención, sino de detección temprana. Patologías como leucemias, linfomas y tumores sólidos tienen un mejor pronóstico si se identifican a tiempo. Sin embargo, la falta de especialistas y la poca capacitación en el primer nivel de atención provocan que los síntomas iniciales —fiebre persistente, fatiga extrema, palidez, moretones o inflamaciones inexplicables— se confundan con enfermedades comunes de la niñez, retrasando diagnósticos que pueden salvar vidas.
Ante este escenario, los padres deben convertirse en defensores activos de la salud de sus hijos: reconocer los signos de alerta, insistir en evaluaciones más profundas y exigir el cumplimiento de la Ley 31041, que garantiza atención integral y gratuita para todos los niños con cáncer.
CARENCIAS ESTRUCTURALES Y FALTA DE EJECUCIÓN PRESUPUESTAL
El déficit de especialistas refleja solo una parte de la crisis. Actualmente, solo cuatro regiones (Lima, Cusco, La Libertad y Junín) cuentan con institutos especializados en cáncer. El resto del país carece de infraestructura adecuada, lo que obliga a la centralización de los servicios en Lima.
La falta de equipos modernos y la ineficiente gestión del presupuesto también ponen vidas en riesgo. Solo en 2025, el Minsa devolvió más de S/ 56 millones al Tesoro Público que debieron destinarse a equipos esenciales como resonadores y tomógrafos. Mientras tanto, las familias deben recurrir a farmacias privadas para adquirir medicamentos oncológicos a precios inalcanzables.
Aunque la ciencia ofrece tratamientos innovadores capaces de salvar vidas, como el blinatumomab —que eleva la supervivencia en casos de leucemia linfoblástica aguda a más del 90 %—, en el Perú los pacientes aún enfrentan trabas burocráticas y demoras administrativas para acceder a ellos.
LA CAMPAÑA “NO ME DIGAS QUE ESPERE”
Frente a esta emergencia, la asociación Por un Perú Sin Cáncer y el Colectivo Cáncer Infantil lanzaron la campaña “No me digas que espere”, que busca educar a los padres para reconocer los síntomas de alerta, denunciar la falta de especialistas e infraestructura y exigir a las autoridades que garanticen diagnósticos y tratamientos dignos, oportunos y sin trabas.
Una muestra de esta situación es lo ocurrido entre 2024 y 2025 con un grupo de 11 niños diagnosticados con Leucemia Linfoblástica Aguda: el 60 % esperó en promedio dos meses para acceder a tratamiento con medicamentos como Blinatumomab y el 40 % restante hasta cuatro meses. Estas demoras, provocadas por la burocracia y la falta de capacidad del sistema de salud, les arrebataron la oportunidad de recibir a tiempo terapias que pudieron salvarles la vida.
La iniciativa incluye un spot educativo y la web www.nomedigasqueespere.com, donde las familias pueden encontrar información sobre los síntomas, conocer sus derechos y acceder a los mecanismos de denuncia en caso de vulneración.
“Cada día de espera puede significar la diferencia entre vivir o morir. Los padres deben confiar en su intuición y ponerse fuertes para exigir lo que sus hijos necesitan”, señaló la vocera.