“Cada latido cuenta”: Perú en el Día Mundial del Corazón, 29 de septiembre.

“Cada latido cuenta”: Perú en el Día Mundial del Corazón, 29 de septiembre.

29 Septiembre, 2025

Salud en Casa.- Hoy, lunes 29 de septiembre, el Perú se suma una vez más a la conmemoración global del Día Mundial del Corazón, fecha instituida para promover la conciencia sobre las enfermedades cardiovasculares, sus factores de riesgo y la urgencia de actuar en prevención y atención temprana. 

 

 

El panorama global y el local

 

A nivel mundial, las enfermedades cardiovasculares (ECV) siguen siendo la principal causa de muerte, cobrando cerca de 17,9 millones de vidas al año. 

Se estima que hasta el 80 % de los eventos prematuros asociados a estas patologías podrían prevenirse con cambios en los estilos de vida (control del tabaquismo, alimentación saludable, actividad física, control de la presión arterial, colesterol y glucosa).

En el Perú, el paciente que se infarta es abandonado a su suerte, no funciona el sistema de Referencias y Contrarreferencias, las estadísticas revelan una alarmante realidad:

Se registran en promedio más de 100 infartos al día en nuestro país.

 

Se calcula que aproximadamente 30 % de quienes sufren un infarto mueren antes de llegar al hospital. 

 

En los hospitales, la mortalidad intrahospitalaria por infarto al miocardio es de aproximadamente 10%.

 

Se estima que más del 40 % de las personas mayores de 15 años en el Perú están en alto riesgo de enfermedad cardiovascular.

 

Las enfermedades cardiovasculares, en el contexto nacional, ocupan el primer lugar entre las causas de muerte naturales .

 

Estos datos pintan un cuadro inquietante: la carga de enfermedad cardiovascular no solo está presente, sino que va en aumento, nuestro sistema de salud no funciona para estas enfermedades porque requiere tecnología y pericia profesional.

 

 


 

 

 

Fallas y retos en la cadena de atención del infarto:

Para que un infarto no se traduzca en muerte o secuelas graves, es clave que funcione adecuadamente una “cadena de atención” que va desde el reconocimiento precoz y la respuesta comunitaria hasta la atención especializada hospitalaria y la rehabilitación. En el Perú, sin embargo, hay puntos críticos:

 

Retraso en el reconocimiento y demanda de atención.

Muchos pacientes no llegan con rapidez al hospital. La falta de conocimiento de síntomas atípicos (dolor en mandíbula, brazo, fatiga, sensación de malestar general) y la subestimación del problema pueden demorar la búsqueda de ayuda.

 

Además, los datos indican que cerca del 30 % de los afectados mueren antes de alcanzar un centro hospitalario. 

 

 


 

 

 

Capacidad limitada de reperfusión

La terapia de reperfusión (ya sea fibrinólisis o angioplastia) es decisiva: cuanto más temprano se restablezca el flujo sanguíneo al miocardio, menor el daño y menor la mortalidad.

 El éxito de la reperfusión se relaciona con menor mortalidad e incidencia de insuficiencia cardíaca.

Sin embargo, el acceso casi imposible a centros cardiológicos con capacidad intervencionista (INCOR) limita la cobertura efectiva de tratamiento. 

De los 8,500 establecimientos de salud que aproximadamente hay en el Perú, solo el 30% tendría un electrocardiograma operativo y sólo 10% tendría un cardiólogo para su lectura y diagnóstico.

 

Desigualdades geográficas y sistemas fragmentados:

Las tasas de infarto más altas se reportan en regiones como Lima, Callao, San Martín y Loreto. El acceso a tecnologías avanzadas (cateterismo coronario, angioplastia) no está uniformemente distribuido en el país. 

La falta de integración entre diferentes subsistemas de salud (MINSA, EsSalud, aseguradoras privadas) complica la coordinación del traslado, el acceso a centros de referencia y la continuidad del tratamiento posinfarto.

 

Débil prevención primaria y desconocimiento comunitario:

Una parte de la población no está adecuadamente monitoreada para presión arterial, niveles de colesterol o glucosa. La difusión del autocuidado, la educación sobre síntomas cardíacos y el fortalecimiento de estilos de vida saludables aún es insuficiente.

Capacitación en emergencias y primeros auxilios:

Estudios muestran que, incluso entre personal de salud o personas con educación formal, el conocimiento de primeros auxilios para un presunto infarto es limitado. 

 

Qué hay que reforzar y qué puede hacer el ciudadano:

El Día Mundial del Corazón es también una invitación a actuar. A continuación, algunos frentes esenciales:

Detección oportuna de factores de riesgo: campañas masivas para promover que la población mida regularmente su presión arterial, niveles de glucosa y lípidos.

Promoción de estilos de vida saludables: alimentación adecuada, reducción delv consumo de tabaco y alcohol, actividad física regular y control del peso corporal.

 

 


 

 

 

Capacitación comunitaria:

Formación en reconocimiento de síntomas de infarto y destrezas básicas de reanimación (RCP) en colegios, centros de trabajo y comunidades.

Fortalecimiento de la red de atención:

Asegurar que todos los hospitales de referencia cuenten con protocolos claros de infarto, capacidad de reperfusión o traslado oportuno.

 

Mejorar la equidad territorial:

Descentralización de servicios cardiológicos, asegurar acceso en zonas rurales y remotas.

Monitoreo, vigilancia y registro nacional: consolidar un registro nacional de infarto que permita medir la incidencia, evaluar intervenciones y focalizar recursos.

Continuidad posinfarto: asegurar rehabilitación cardíaca, seguimiento médico, control de medicamentos, apoyo psicosocial.

Conclusión: un latido que no puede perderse

 

Hoy, cuando muchos escuchen la campaña mundial “Cada latido importa” —o en inglés “Don’t Miss a Beat”—, en el Perú ese lema cobra especial urgencia. 

 

Cada día se registran más de cien infartos, con decenas que mueren antes de recibir atención o que llegan tarde con secuelas irreversibles. Pero también hay esperanza: si detectamos a tiempo, intervenimos con rapidez y mantenemos cuidados sostenidos, la mayoría de los pacientes puede sobrevivir y recuperar calidad de vida.

El desafío es doble: acercar la atención especializada a todo el país y lograr que la prevención deje de ser responsabilidad del “doctor” para ser acción ciudadana. 

En este Día Mundial del Corazón, cada periodista, autoridad de salud, comunidad, colegio, empresa y familia puede contribuir con mensajes, programas y gestos sencillos que salven futuros latidos.

 

Dr. Marco Almerí 

Cardiólogo Clínico 

Experto en Salud Pública