Obesidad infantil aumenta riesgo de adultos con diabetes o males cardiacos

Obesidad infantil aumenta riesgo de adultos con diabetes o males cardiacos

3 Octubre, 2018

Agencia Andina./Si desde la infancia no se fomenta una buena alimentación, los niños pueden desarrollar sobrepeso y obesidad y, en el futuro, tienen más probabilidades de padecer enfermedades no transmisibles, como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.

 

Así lo advierte Claudia Díaz, nutricionista del Programa Nacional “A Comer Pescado” del Ministerio de la Producción, quien defendió la necesidad de que las familias incluyan en la dieta de sus hijos alimentos balanceados, como pescado, frutas, verduras, menestras y cereales.  

 

Explicó que el pescado, además de aportar proteínas, vitaminas y minerales, brinda el omega 3, que contribuye al desarrollo cerebral de los niños. 

 

 

 

“Esta grasa esencial ayuda a mejorar la memoria, la concentración, el estado de ánimo, la visión y el rendimiento escolar”, agrega Díaz, quien señala que este componente se encuentra en mayor cantidad en la caballa, el jurel, el bonito y la anchoveta.

 

Un aspecto muy importante es reducir en la dieta de los niños productos con alto contenido de grasas saturadas y azúcar, como los snacks, los jugos procesados y las bebidas industrializadas.

 

“Se sabe que los primeros años de vida son vitales para el buen desarrollo del niño en el futuro porque es en esta etapa donde se forman los hábitos de alimentación”, indica la especialista. 

 

Además de una alimentación saludable, es necesario motivar a los pequeños de casa a realizar alguna actividad física.

 

La OMS recomienda, por lo menos, 60 minutos diarios de actividad física, que puede ser desde manejar bicicleta, practicar algún deporte que implique movimiento y ayudar en las labores domésticas de manera moderada.

 

En el marco de la Semana de Lucha Contra la Obesidad, la experta señala que en la actualidad la obesidad infantil es uno de los problemas de salud más graves, ya que, según Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a más de 41 millones de niños menores de cinco años.