Fiestas de fin de año: Exceso de positivismo en redes sociales afectaría la salud emocional

Fiestas de fin de año: Exceso de positivismo en redes sociales afectaría la salud emocional

14 Diciembre, 2025

 La presión por “sentirse bien” aumenta en diciembre, especialmente entre usuarios expuestos a contenido hiperpositivo en redes. Especialista en psicología explica por qué este fenómeno afecta más de lo que parece.

 

 

 

Salud en Casa.-Las fiestas de fin de año suelen asociarse con alegría, gratitud y encuentros familiares. Sin embargo, para un número creciente de personas, este periodo también puede venir acompañado de ansiedad, presión social y la sensación de tener que “fingir felicidad” para encajar en lo que se espera de estas fechas. Diversos estudios muestran que los niveles de estrés emocional pueden incrementarse significativamente en diciembre: la American Psychiatric Association indica que 38% de los adultos experimenta más ansiedad en esta temporada, mientras que la National Alliance on Mental Illness (NAMI) señala que 64% de las personas siente mayor estrés durante las fiestas.

 

 

De acuerdo con la psicóloga Rosa Cornejo Briceño, especialista de la Universidad de Piura (UDEP), esta disonancia emocional se ha intensificado con el auge de las redes sociales y la cultura del positivismo extremo. “Durante diciembre se intensifica la idea de que todos deben sentirse agradecidos, motivados y felices. Cuando alguien no experimenta esas emociones, suele aparecer la culpa y la autocrítica. Esto ocurre por una disonancia emocional: lo que realmente se siente no coincide con lo que socialmente ‘se debería sentir’. En ese contraste surgen pensamientos como: ‘¿Qué me pasa?’ o ‘¿Por qué no disfruto como los demás?’.”

 

 

El impacto no es menor. Hoy, las personas pasan en promedio 2 horas y 23 minutos diarios en redes sociales (We Are Social, 2024), donde predominan imágenes idealizadas: celebraciones perfectas, familias armoniosas, casas impecables, logros profesionales y balances positivos del año. Además, una encuesta de Statista (2023) reveló que 1 de cada 3 latinoamericanos experimenta mayor ansiedad en diciembre por compararse con lo que ve en redes. Esta sobreexposición al “optimismo perfecto” puede generar comparaciones dañinas y afectar directamente el bienestar emocional.

 

La evidencia científica respalda este fenómeno. Meta-análisis publicados en el Journal of Social and Clinical Psychology indican que el uso intensivo de redes se asocia con un aumento de hasta 15% en síntomas depresivos, mientras que la APA advierte que la comparación social incrementa emociones negativas en 32% de los usuarios. Asimismo, un estudio de la Universidad de Copenhague encontró que el 55% de las personas reporta “fatiga emocional” después de ver contenido idealizado de otros.

 

Cuando una persona atraviesa estrés, duelo, agotamiento o conflictos personales, la situación es aún más delicada. Ver mensajes insistentes como “sé feliz”, “agradece todo” o “vive con actitud positiva” puede generar una fuerte invalidación emocional. La Universidad de Queensland reportó que suprimir emociones “negativas” bajo presión social incrementa el estrés hasta en 35%, mientras que hallazgos de Stanford muestran un aumento de 25% en la activación cerebral asociada a la ansiedad cuando se fuerza una emoción positiva.

 

 


 

 

 

Frente a este escenario, la especialista Rosa Cornejo brinda recomendaciones para quienes sienten que diciembre es un mes emocionalmente desafiante:

 

 

  • Permitir sentir sin exigencias. Reconocer y validar las emociones, incluso la tristeza, cansancio o nostalgia, reduce la tensión interna. No todas las experiencias de diciembre tienen que ser alegres.
  • Regular el consumo digital y elegir mejor el contenido. Observar con criterio lo que se ve y si esto generan comparación o angustia, debemos reducir el tiempo en redes o pausar temporalmente su uso.
  • Establecer límites saludables. Definir con anticipación qué actividades, reuniones o gastos son posibles para no comprometer la estabilidad emocional o económica.
  • Buscar espacios de apoyo emocional. Conversar con alguien de confianza o con un profesional ayuda a evitar el aislamiento y favorece la regulación emocional.
  • Priorizar el autocuidado real y no solo el ‘autocuidado performativo’. Dormir adecuadamente, descansar, alimentarse bien y realizar actividades simples que generen bienestar auténtico y no solo las que se ven ‘bonitas’ para publicar.
  • Consultar con un especialista si el malestar interfiere con la vida diaria. Si la angustia, tristeza o irritabilidad se prolonga o se vuelve difícil de manejar, pedir ayuda profesional es fundamental.

 

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Finalmente, la especialista recuerda que las fiestas no significan lo mismo para todas las personas y que cada experiencia emocional es válida. “No existe una forma correcta de vivir diciembre. Está bien sentir entusiasmo por el nuevo año, y también está bien no sentirlo. La salud emocional implica permitirse transitar las propias emociones sin compararse y sin ceder a presiones externas. Las redes muestran momentos, no vidas completas; cuidarnos implica mirar más hacia adentro que hacia afuera”, concluye.