Salud en Casa.- Cuando aparece el estrés, el organismo incrementa la producción de cortisol, una hormona que impulsa la necesidad de obtener energía de manera inmediata. En ese escenario, el cerebro suele dirigir la atención hacia los alimentos dulces, ya que elevan el azúcar en sangre en pocos minutos y generan una sensación rápida de alivio.
La Mg. Sarah Torres Obregón, docente de la carrera de Nutrición y Dietética de la USIL, explica que los productos azucarados activan el sistema de recompensa del cerebro, liberan dopamina y producen un bienestar momentáneo. Sin embargo, este efecto dura muy poco. Tras la subida abrupta de glucosa, el cuerpo libera insulina y se produce una caída brusca que genera mayor ansiedad, cansancio y el deseo de seguir consumiendo dulce.
¿Qué factores empeoran los antojos?
Varios elementos potencian esta necesidad urgente de azúcar:
“Todo esto genera un círculo vicioso: más estrés, más antojos, más azúcar, más fatiga y más antojos”, comenta Torres.
¿Qué acciones se pueden tomar?
Para controlar esta necesidad de consumir dulce, la experta recomienda medidas prácticas que ayudan a regular el apetito y el estado emocional:
Los antojos de dulce durante etapas de estrés no son un signo de debilidad, sino una respuesta biológica natural. Comprender lo que ocurre en el cuerpo permite tomar decisiones más conscientes y romper el ciclo del azúcar como escape emocional. Con pequeños ajustes diarios, es posible mantener la energía, reducir los antojos y enfrentar el estrés de manera más saludable.