Salud en Casa .- El uso de internet y redes sociales comienza cada vez a edades más tempranas, y con ello aumentan los riesgos para los menores. En el Perú, muchos niños tienen perfiles en plataformas digitales desde los 8 o 9 años, muchas veces sin la debida orientación sobre privacidad o los peligros que pueden encontrar en línea.
“Hoy los menores están extremadamente expuestos. El acceso masivo a dispositivos móviles y la falta de supervisión adecuada han creado un entorno de alto riesgo para su integridad digital y emocional”, advierte Royer Rojas Malasquez, docente de Ingeniería de Sistemas e Informática de la Universidad Norbert Wiener.
Entre las principales amenazas, el especialista destaca el grooming, donde adultos se ganan la confianza del menor con fines de abuso; el ciberacoso o bullying digital; la exposición a contenido inapropiado o violento; y los fraudes en línea, como los enlaces falsos en juegos o redes sociales que buscan obtener datos personales. También crece el riesgo de suplantación de identidad debido al exceso de información que los adolescentes comparten en internet.
Para reducir estos peligros, los controles parentales se presentan como herramientas esenciales. “Son el cinturón de seguridad digital: limitan el acceso a contenido peligroso y ayudan a regular el tiempo de exposición, pero no reemplazan la educación ni el diálogo familiar”, explica Rojas. Estos sistemas —presentes en celulares, tablets, consolas y routers domésticos— permiten crear perfiles infantiles, restringir descargas y supervisar el uso de aplicaciones.
Existen diferentes niveles de control que los padres pueden aplicar según la edad del menor:
Más allá del control: acompañamiento y educación digital
No obstante, la supervisión tecnológica debe complementarse con educación digital y acompañamiento activo. El especialista de la Universidad Norbert Wiener recomienda que los padres conversen abiertamente con sus hijos sobre los motivos de estas medidas y participen en su vida online: “Jugar con ellos, interesarse por sus youtubers o influencers favoritos y establecer espacios sin pantallas, como la mesa familiar, son estrategias simples pero poderosas”.
Otra práctica útil es el “Pacto Digital Familiar”, un acuerdo consensuado que define horarios de uso, zonas libres de tecnología y reglas de seguridad para redes sociales. Según Rojas, este enfoque fortalece la confianza y fomenta la responsabilidad compartida entre padres e hijos.
Finalmente, el experto recuerda que la verdadera seguridad digital se construye en tres niveles: control, educación y confianza. “El control técnico es la valla, la educación es la base y la confianza es el cemento que mantiene unida la relación. No se trata de criar hijos vigilados, sino empoderados y capaces de tomar decisiones inteligentes en el mundo digital”, concluye.