Salud en Casa.- La administración de vitamina C directamente al torrente sanguíneo ha ganado popularidad en clínicas y centros de estética. Este tipo de terapia ofrece beneficios como refuerzo inmunológico, antioxidante y acelerador del proceso de curación de heridas y quemaduras, además de favorecer la absorción de otros micronutrientes y ayudar a evitar el envejecimiento prematuro de la piel.
Una de sus principales ventajas frente al consumo oral es la concentración que se logra con su ingreso directo en la sangre. Mientras que la vitamina C se absorbe parcialmente en la ingesta, la vía endovenosa permite alcanzar niveles significativamente más altos, lo que ha llevado a utilizarla en contextos clínicos específicos. Sin embargo, no todas las personas son candidatas ideales para este tipo de tratamiento.
“Antes de recibir vitamina C endovenosa es fundamental conocer el estado de salud del paciente. No todas las personas la requieren, existen contraindicaciones y debe realizarse una evaluación médica previa", explica Katherine Roque, docente de Inyectoterapia y Vitamina C Endovenosa del Instituto Carrión.
La especialista detalla siete aspectos claves que toda persona debe tener en cuenta antes de optar por esta terapia:
1. Administración directa al torrente sanguíneo: La vitamina C se aplica mediante un catéter periférico directamente al flujo sanguíneo, sin pasar por el sistema digestivo. Así se obtienen efectos más rápidos y potentes.
2. Requiere evaluación médica previa: La aplicación no debe ser automática ni rutinaria. Es necesario realizar un diagnóstico previo para conocer el estado de salud general del paciente y evitar posibles efectos adversos.
3. Mayor absorción que por vía oral: La absorción de vitamina C por vía oral tiene un límite. En cambio, la vía endovenosa permite alcanzar concentraciones mucho mayores en sangre, útiles en pacientes inmunodeprimidos o en terapias complementarias contra el cáncer.
4. El exceso se elimina, pero puede ser útil: Una crítica frecuente es que la vitamina C no absorbida por el organismo se elimina por la orina. Aunque es cierto, en dosis terapéuticas altas -como las aplicadas por vía endovenosa- se han observado beneficios en pacientes con condiciones específicas como diabetes o dislipidemia.
5. Dosis y frecuencia personalizadas: No existe una fórmula única. Algunas personas pueden requerir una aplicación semanal, otras una mensual. El médico tratante determinará la dosis y la periodicidad adecuada según el objetivo terapéutico.
6. Aplicación por profesionales capacitados: Su correcta aplicación exige conocimientos técnicos: desde la preparación del insumo hasta el monitoreo del paciente. En caso contrario, podría generar complicaciones o efectos secundarios.
7. No sustituye un tratamiento médico: Aunque puede potenciar la recuperación y el bienestar general, este tipo de aplicación no sustituye un tratamiento clínico específico. Debe estar incluida dentro de un plan supervisado por profesionales.
Cuando se usa con responsabilidad y acompañamiento clínico, la vitamina C endovenosa puede ser una aliada en diversas condiciones de salud. Sin embargo, su efectividad y seguridad dependen, sobre todo, de una evaluación médica previa y de la correcta capacitación del personal que la aplica.
“Se requieren conocimientos técnicos para garantizar una aplicación segura y eficaz. Es importante entender que este tipo de terapia no reemplaza un tratamiento médico, sino que puede complementarlo bajo supervisión”, remarca la especialista del Instituto Carrión.