Peligro azucarado

Peligro azucarado

20 Enero, 2019

Por : Raúl Mendoza 

Suplemento Domingo.- San Cristobal de las Casas, en Chiapas, México, es uno de los lugares donde más bebidas gaseosas se toma en el mundo: un promedio de dos litros al día por habitante. El agua potable es escasa, llega cada dos días y es tan clorada que muchos evitan beberla. Una ironía si tenemos en cuenta que la región es una de las más lluviosas del país.

 

Se trata de una ciudad montañosa en donde la empresa Coca-Cola ha instalado una fábrica de producción de su bebida más icónica. Una botella de la Coke es más fácil de conseguir que el agua embotellada y además cuesta casi lo mismo. "Los refrescos siempre han estado más disponibles que el agua", le contó María del Carmen Abadía, pobladora del lugar, a un reportero de The New York Times.

 

"En un país que se encuentra entre los mayores consumidores debebidas azucaradas en el mundo, Chiapas es uno de los estados campeones [...] El efecto en la salud pública ha sido devastador: la tasa de mortalidad por diabetes en Chiapas aumentó en un 30% entre 2013 y 2016, y ahora esta enfermedad es la segunda causa de muerte en el estado, tras las enfermedades cardíacas, pues cobra 3 mil vidas al año", decía la publicación norteamericana en julio del año pasado.

 

Vicente Vaqueiros, 33 años, doctor en la clínica de un pueblo cercano, le dijo a la misma publicación que en los últimos años hubo un aumento rápido de la diabetes.

 

"Cuando era niño y venía aquí, el pueblo estaba aislado y no tenía acceso a la comida procesada. Ahora ves a los niños tomando gaseosa en lugar de agua. Actualmente la diabetes está afectando a los adultos, pero próximamente seguirán los niños, nos rebasará", ha afirmado.

 

La mayoría de pobladores no está muy consciente de los daños que las bebidas gaseosas causan a la salud, pero sí responsabilizan a la planta de la multinacional de la escasez del agua. La fábrica tiene asegurado el suministro de hasta 1,1 millon de litros de agua diarias para la producción de sus bebidas, pero el pueblo no tiene la misma suerte. Los activistas del lugar exigen que el agua potable sea permanente. Sino, salir del círculo 'gaseosa-enfermedad' será más difícil.

 

Las bebidas gaseosas son hoy algo así como los cigarrillos del pasado, a la luz de estudios que indican la estrecha relación entre su consumo y los problemas de salud.

Influencia escondida

 

En China, por ejemplo, existe una epidemia de obesidad y diabetes, y una investigación publicada el 9 de enero pasado en la revista British Medical Journal (BMJ) señala que la empresa Coca-Cola y otras trasnacionales de alimentos y bebidas procesadas influyeron en las políticas públicas de salud de ese país para evitar controles a sus productos.

 

Para ello Coca-Cola tejió “una compleja red de contactos institucionales, financieros y personales” a través de la cual “obtuvo una posición de poder entre bambalinas”, ha dicho Susan Greenhalgh, profesora del Centro Fairbank de Investigación de Estudios Chinos de la Universidad de Harvard (EE.UU.) y autora de la publicación. Como parte de esas maniobras, la multinacional logró evitar el establecimiento de un impuesto del 20% a las bebidas azucaradas y otras medidas recomendadas por laOrganización Mundial de la Salud (OMS).

 

En China, según la OMS, la diabetes afecta a 110 millones de chinos, mientras que otros 500 millones son prediabéticos. Además, el 42% de los adultos tiene sobrepeso. Ambas condiciones aumentaron en los últimos 35 años, desde que la alimentación viró hacia alimentos con mucha azúcar, grasa y sal, o lo que se conoce como comida chatarra.

 

Para combatir estos problemas de salud entre los menores de edad, las autoridades chinas implantaron en las escuelas la campaña Diez Minutos Felices, en la que se hacía ejercicio físico diario durante ese lapso de tiempo. Ahora se sabe que Coca-Colainfluyó para que las campañas de salud contra la diabetes y la obesidad se encaminen por el lado de la actividad física en vez de priorizar restricciones dietéticas y mayores controles sobre las bebidas azucaradas.

 

La multinacional lo consiguió -según el artículo de la BMJ- a través del Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (ILSI por sus siglas en inglés) una organización creada en 1978 que se presentaba como “un foro confiable para generar, recopilar y compartir datos científicos sobre temas de impacto en la salud pública”. Fue fundado por Alex Malaspina, exvicepresidente deCoca-Cola, y está financiado por varias empresas de la industria alimentaria como Coca-Cola, PepsiCo, Red Bull, McDonalds y Nestlé.

 

Este instituto trabajó en China con la nutricionista Chen Chun Ming, con contactos en el Gobierno central chino. Chen fue presidenta de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de ese país y desde 1993 trabajó para la sucursal china del ILSI. En la actualidad, este organismo público y el privado comparten la misma sede.

 

“El personal de ILSI-China, financiado por la industria de alimentos, tiene un acceso sin precedentes a los funcionarios de gobierno. Como consecuencia de esa influencia -dice Greenhalgh- no hay políticas dietéticas de gran impacto, como los impuestos a las bebidas azucaradas y la restricción de publicidad de estos productos para niños. Los planes nacionales enfatizan en el ejercicio físico sobre la dieta”.

 

No ha sido el único caso. En España, Coca-Cola entregó unos seis millones de euros a 74 organizaciones científicas y médicas españolas entre 2010 y 2016. "La mayoría de las publicaciones (14 de 20) se alinearon con las estrategias de marketing utilizadas por Coca-Cola (por ejemplo, centrándose en la inactividad física como la principal causa de la obesidad)", decían los investigadores J.P. Rey López y C. Gonzales en un artículo para la European Journal of Public Health hace seis meses.

 

En las conclusiones dicen: "En España, numerosas organizaciones de salud reciben apoyo financiero de Coca-Cola. Proporcionamos evidencia de que la investigación financiada por esta compañía de bebidas está cumpliendo sus objetivos comerciales que, en muchos casos, están en desacuerdo con los esfuerzos para mejorar la salud de la población".

 

Impuesto al azúcar

Francia, México, Inglaterra y Noruega han implementado el impuesto a las bebidas azucaradas. México tomó esta medida hace dos años y bajó en 12% el consumo de gaseosas, sobre todo en las personas de bajo nivel económico, según información divulgada por el doctor Elmer Huerta. El Perú también ha elevado el Impuesto Selectivo al Consumo para las bebidas azucaradas.

 

Huerta asegura que el aporte nutricional de las gaseosas es nulo. "El mundo está consumiendo demasiada azúcar pero el hombre vivió sin azúcar durante miles de años".

 

La cruzada para bajar los índices de azúcar en las bebidas gaseosas ha cobrado fuerza en los últimos años. El año pasado, la ONG alemana Foodwatch cuestionó que Coca-Cola niegue el impacto en la salud que sus productos tienen y pidió a su gobierno que siga el ejemplo de otros países e introduzca un impuesto al azúcar.

 

En un comunicado citado por The New York Times, en un artículo del 14 de enero, Coca-Cola aseguró que ha estado cambiando la manera en que financia investigaciones científicas, haciendo más transparente su aporte. También dice que en años recientes ha buscado abordar el problema de la obesidad en China, con una oferta de bebidas sin azúcar y un mejor etiquetado de información. “Reconocemos que demasiada azúcar no es buena para nadie”, afirma el documento.